lunes, 30 de octubre de 2017

El ejército chino

Bienvenidos un día más a Las huellas perdidas de Odiseo, un blog de cultura y educación centrado estos últimos meses en China. Hoy comparto el enlace para un artículo sobre el ejército de este país escrito y publicado en el periódico digital Te Interesa. Aquí podéis leer un fragmento:

El Ejército de Liberación Popular presume de un dilatado periodo vital y se ha ido adaptando a las diferentes vicisitudes bajo las que ha estado sometido este territorio con el paso del tiempo. Distintos conflictos bélicos jalonan su actuación, desde la guerra de liberación nacional contra las fuerzas niponas en el intervalo de la Segunda Guerra Mundial, pasando por la liza de Corea (1950) sin descuidar el conflicto de la India (1962), hasta el más reciente choque contra Vietnam (1979)”. (Pulsa aquí para el artículo completo)

Muchas gracias por vuestra atención.

Un fuerte abrazo.


Sergio Delgado

Como parece que el periódico digital ha desaparecido, aquí tenéis el artículo completo:


En la actualidad China es la mayor potencia emergente y como tal necesita un ejército que garantice sus intereses, defendiendo de forma paralela su seguridad nacional. De ahí que el Ejército de Liberación Popular se posicione como el primero en el mundo en cuanto a número de efectivos personales. Como es evidente, estas dimensiones no aseguran por sí solas su primacía con respecto a otros rivales y Estados Unidos aún se coloca con cierta holgura como el Estado con el más grande poderío bélico. Es por ello que desde hace lustros las elites comunistas han decidido modificar el estado de las cosas, sintonizando y equilibrando esa potencialidad bélica con aquel nivel económico en vertiginosa escalada. Como consecuencia, la activación de un profundo proceso de reformas hubo de ser necesario y éste debía adaptarse en perfecta sincronía con las otras mutaciones (económicas, políticas, sociales….) que está viviendo el país. Para satisfacer este plan su presupuesto ha venido incrementándose desde la década de los noventa a un ritmo acelerado con el propósito manifestado de constituir unas fuerzas armadas de vanguardia para llegado el momento no sólo participar en una guerra, sino sobre todo ganarla.


El Ejército de Liberación Popular presume de un dilatado periodo vital y se ha ido adaptando a las diferentes vicisitudes bajo las que ha estado sometido este territorio con el paso del tiempo. Distintos conflictos bélicos jalonan su actuación, desde la guerra de liberación nacional contra las fuerzas niponas en el intervalo de la Segunda Guerra Mundial, pasando por la liza de Corea (1950) sin descuidar el conflicto de la India (1962), hasta el más reciente choque contra Vietnam (1979). La presente coyuntura hace imperativo una remodelación profunda de unos contingentes que en muchos casos estaban anticuados y obsoletos, tanto en su estructura como en los medios que tenían a su disposición. Con el ánimo de solventar esta cuestión se está procurando una modernización total de la organización, la renovación del armamento y de los recursos disponibles, además de imprimir un énfasis en la mejora de la formación de las tropas… es decir, un esfuerzo poliédrico pergeñado en todos los planos. Así, no hace mucho hemos sido testigos de la inauguración del primer portaaviones de combate propio y también podríamos señalar la presencia de los aviones furtivos o ‘stealth’ en sus hangares. En cuanto a las modificaciones en la organización se ha puesto énfasis en una reducción de tamaño- especialmente son desproporcionados sus efectivos terrestres- con una coordinación más armoniosa y complementaria de sus diferentes ramas (tierra, mar y aire). Por último, no hemos de trascordar nunca su plena operatividad nuclear y el efecto disuasorio que este hecho ofrece a sus potenciales enemigos.


El Partido Comunista Chino ha fijado como objetivos primarios la protección del solar patrio frente agresiones extranjeras y el mantenimiento de la integridad territorial de la nación. Como lógico corolario, el ejército es un actor importante en la custodia de los diferentes objetivos geoestratégicos decididos por Pekín, siendo por ejemplo clave su apoyo en la disputa del Mar del Sur de China, en la política sobre Taiwán o los últimos problemas con Corea del Norte. Asimismo, al compás del aumento de su relevancia en el orden mundial se ha producido una internacionalización de sus actividades, ya sea en el seno de la ONU a través de sus misiones en diferentes zonas del globo e incluso con los ejercicios militares compartidos con las fuerzas armadas rusas con el fin de entrenar su capacidad de cooperación y despliegue.


El control del Partido parece absoluto y el actual secretario Xi Jinping guarda un dominio incluso mayor que sus predecesores, lo que está posibilitando galvanizar las directrices de cambio en un sector que suele ser conservador, junto con la aplicación de otras medidas que responden a metas variadas como pudiere ser la lucha contra la corrupción. La máxima según la cual el partido controla la pistola es fielmente respetada, como así quedó demostrado en los fatídicos sucesos de Tiananmen de 1989. Los medios de comunicación estatales realizan un ejercicio propagandístico notable cuyos resultados favorecen a las fuerzas armadas y, por otro lado, la población recibe instrucción militar mientras está integrada en las diversas etapas del sistema educativo. Pese a ello, gran parte de la sociedad no se siente atraída por la carrera de las armas dado que puede encontrar oportunidades superiores en el sector privado, esto es especialmente flagrante en el caso de los graduados universitarios que eligen perspectivas laborales ligadas al ámbito civil.


En suma, nos ubicamos ante una transformación militar china ejecutada de modo melódico con las otras alteraciones que vive este pujante protagonista oriental. Hasta este momento se había puesto el acento en promover el desarrollo económico, ahora se anhela fortalecer una nación que todavía sufre una serie de traumas históricos por su relativamente reciente pasado colonial.



Representando a la Universidad Autónoma de Barcelona en la Feria de Educación de Pekín 2017

Feria de Educación de Pekín 2017

viernes, 15 de septiembre de 2017

La relación entre China y Japón

En esta nueva entrada de Las huellas perdidas de Odiseo vamos a proporcionar el enlace a otro artículo para el periódico digital Te Interesa que trata sobre la conflictiva relación histórica entre China y Japón. Aquí puedes leer un pequeño fragmento: 

La expansión del Imperio Japonés en Asia fue ciertamente cruenta, repleta de atrocidades grabadas a fuego dentro del imaginario colectivo chino. Episodios históricos como las masacres, violaciones y todos tipos de excesos perpetrados en Nankín pueden ser un excelente referente de los dramáticos sucesos que ahora estamos rememorando. Asimismo, señalamos cómo la guerra de liberación ha venido siendo utilizada en forma de mito fundacional de la nación contemporánea china, una herramienta empleada con fruición como medio de cohesión para toda la población” (Pulsa aquí para ver todo el artículo).

Muchas gracias un día más por vuestra atención.

Un fuerte abrazo,

Sergio Delgado

Aquí está el artículo completo:

Las relaciones diplomáticas entre China y Japón mantienen una importancia geoestratégica de primer orden tanto dentro del panorama político mundial como aquel más restringido a su limitado espacio geográfico. Aunque los lazos económicos actualmente existentes entre sendos países son muy fuertes, las divergencias políticas son capaces de generar grandes tensiones en absoluto deseables para la estabilidad de la zona. Dicha situación responde a múltiples factores, desde la elevación de China como una nueva potencia capaz de reafirmarse en todos los niveles (económicos, militares…), hasta la convulsa historia compartida de ambos actores. Para avizorar la raíz de dicha cuestión debemos sumergirnos en el pasado, desenterrando el fenómeno del colonialismo europeo y nipón en el continente asiático, subrayando enfáticamente las tropelías pergeñadas por esta última nación durante la 2ª Guerra Mundial.


La expansión del Imperio Japonés en Asia fue ciertamente cruenta, repleta de atrocidades grabadas a fuego dentro del imaginario colectivo chino. Episodios históricos como las masacres, violaciones y todos tipos de excesos perpetrados en Nankín pueden ser un excelente referente de los dramáticos sucesos que ahora estamos rememorando. Asimismo, señalamos cómo la guerra de liberación ha venido siendo utilizada en forma de mito fundacional de la nación contemporánea china, una herramienta empleada con fruición como medio de cohesión para toda la población. Tanto es así que hoy en día este relato atesora una transcendencia fundamental dentro del sistema educativo planificado desde Pekín y beneficiado incluso de un enorme éxito popular, como así queda atestiguado con las producciones audiovisuales de ficción sobre el periodo que diariamente son emitidas en televisión. Del mismo modo, los libros de historia suministrados en los colegios japoneses han ocasionado reiteradamente roces diplomáticos entre una y otra nación por esa visión más benévola que se intenta transmitir del avance militar japonés durante el siglo pasado en Asia.


Por otro lado, esta animosidad difícilmente velada ha hecho presencia en los choques fronterizos dentro del Mar de Sur de China y al compás de ciertas reivindicaciones que los dos Estados sostienen en cuanto a una serie de islas llamadas Senkaku/Diaoyu, según el contendiente en cuestión con el cual estemos tratando. Además no podemos trascordar cómo en estos últimos tiempos la rebelde e incluso estrambótica actuación de Corea del Norte, cuyas reiteradas pruebas nucleares suponen un desafío internacional constante, origina una potente fuente de fricciones cuyas repercusiones superan en relevancia el marco regional al que inicialmente debieran quedar circunscritas. Es imperativo tener en cuenta que la actuación del régimen de Pyongyang implica una amenaza nuclear directa para los japoneses y que el mayor respaldo concedido hasta el momento a este peculiar país ha sido dado por China, una nación con unas claras cuentas pendientes e inequívocos sentimientos de revancha contra los nipones.


En definitiva, las relaciones entre China y Japón distan mucho de ser fáciles, resultando sencillo imaginar discordias o recelos mutuos a corto, medio y largo plazo. El deletéreo comportamiento de las fuerzas de ocupación niponas durante un pasado relativamente cercano hace que el espíritu de resarcimiento en una potencia ascendente como la china se sienta con vehemencia. A pesar de que este sentimiento es fomentado desde arriba entre la población china, como herramienta de legitimación del Partido Comunista Chino, dicha sociedad no tiene que ser espoleada en exceso para dar rienda suelta a una animadversión en absoluto ocultada. El nuevo panorama internacional alumbrado en los últimos años, hijo del estancamiento nipón y la bonanza china, ha suscitado el replanteamiento de una política militar japonesa firmemente orientada hacia el pacifismo desde el fin de la Segunda Gran Guerra. La posibilidad de una carrera armamentística dentro de este contexto espacial es una hipótesis probable si el errático proceder de Corea del Norte sigue su curso, siendo factible un lógico corolario: el desarrollo de un programa japonés de armamento nuclear propio.





Templo del Cielo en Pekín

sábado, 1 de julio de 2017

El Partido Comunista Chino

Hola, un saludo a todos y bienvenidos a otra entrada de Las Huellas Perdidas de Odiseo. Nuevamente os facilito un enlace de un artículo para el periódico digital Te Interesa y que trata sobre el Partido Comunista Chino. Aquí podéis leer una parte: 

"El Partido ha sabido ampliar su base social precisamente con el primer enemigo del proletariado y los más ínclitos representantes del capitalismo: los empresarios. Desde 2002, tras el preceptivo cambio constitucional de rigor, queda autorizado a la capa empresarial integrarse dentro de las filas del Partido Comunista. El propósito de coaptar el potencial mayor adversario del Estado comunista ha sido cumplido a la perfección y ahora son estos nuevos capitalistas quienes conforman uno de los más sólidos apoyos de la República Popular China" (Pulsa aquí si quieres leer todo el texto)

Muchas gracias como siempre por vuestra atención.

Un fuerte abrazo,

Sergio Delgado

Aquí está el artículo completo:


El Partido Comunista Chino se enfrenta a la espinosa tarea de mantenerse en el poder en un contexto histórico y tras una evolución política que hace un poco complejo el logro de dicho objetivo. Y es que la nueva sociedad que está surgiendo en este país asiático supone un desafío para un sistema socialista, por mucho que éste haga hincapié en sus especiales características chinas. Paradójicamente, dicha situación responde a la propia actuación y medidas de las elites comunistas en el gobierno de los últimos años. Es este escenario en donde debemos encuadrar la decisión tomada por Deng Xiaoping tras la muerte de Mao de priorizar el crecimiento económico, permitida para ello la liberalización, con una consecuente apertura de esta nación y abandonando la eterna lucha de clases que había caracterizado el inmediato periodo anterior. Aunque tal camino ha propiciado un milagro económico que asombra prácticamente a todo el mundo e incluso representa un modelo a seguir para cierta parte de él, también deja una serie de retos para sus artífices de una esquiva solución.


Ya en 1989 el régimen hubo de afrontar una gran crisis con los luctuosos sucesos acontecidos en la célebre plaza Tiananmen y a través los cuales fue demostrada paladinamente la lealtad de un Ejército Popular de Liberación hacia el Partido Comunista. Hemos de considerar que las fuerzas armadas son fieles al Partido Comunista y no al Estado, siendo éste un factor fundamental para el sostén y reproducción del sistema. Una estabilidad que es buscada en todos los órdenes, tanto para que la propia capa dirigente se perpetúe en una posición de dominio, como con el ánimo de no perturbar un crecimiento económico perseguido de manera un tanto obsesiva. Además, los espectaculares resultados producidos en la economía se erigen como el principal argumento legitimador del especial e idiosincrásico comunismo imperante en China y cuya principal característica es su adaptabilidad a las diversas circunstancias del momento en aras de su propia supervivencia.


Por otro lado, el Partido ha sabido ampliar su base social precisamente con el primer enemigo del proletariado y los más ínclitos representantes del capitalismo: los empresarios. Desde 2002, tras el preceptivo cambio constitucional de rigor, queda autorizado a la capa empresarial integrarse dentro de las filas del Partido Comunista. El propósito de coaptar el potencial mayor adversario del Estado comunista ha sido cumplido a la perfección y ahora son estos nuevos capitalistas quienes conforman uno de los más sólidos apoyos de la República Popular China. La explicación resulta sencilla si tenemos en cuenta los deseos de un contexto tranquilo en el cual sea viable desarrollar sus actividades sin perturbaciones políticas o sociales.


En cuanto a las masas, éstas son adoctrinadas desde su juventud con un sistema educativo profundamente doctrinario, protegidas en su madurez gracias a la censura de unos medios de comunicación controlados por el gobierno y alimentadas de continuo con grandes dosis de un siempre útil nacionalismo. La mejora de tanto la calidad de vida como del nivel de instrucción disfrutado por la población no se ha plasmado en un salto paralelo de las ansias de ‘libertad’ de los ciudadanos chinos. A este respecto sería conveniente recordar que estamos analizando una cultura diferente a la occidental, con distintos anhelos, mentalidades y tradiciones, los cuales en muchos aspectos son capaces de igualarse o superar a nuestra particular visión de las cosas.


En fin, el Partido Comunista Chino lleva más de sesenta años en el poder y pensamos que este escenario va a perdurar durante bastante tiempo. Es más, si de algo se ha caracterizado siempre la civilización china es por la búsqueda del equilibrio y de la permanencia del orden establecido. A pesar de que la globalización y la revolución tecnológica suponen unos retos nada desdeñables para este Estado comunista, hasta ahora viene soportando todo un tsunami de cambios sin excesivas dificultades. Lejos de debilitarse, algunos podrían observar un régimen más fortalecido que en un pasado más reciente, con una misión que todavía subraya como primordial el desarrollo económico del país y desde una ideología orientada decididamente al pragmatismo. El aumento de la productividad, potenciar la innovación autóctona, mitigar los problemas medioambientales, etc. son algunas de las intenciones dictaminadas por unos líderes que todavía se reconocen como comunistas. O, al menos, eso dicen ellos.





lunes, 22 de mayo de 2017

La relación entre China y Corea del Norte

Hola de nuevo a todos en esta entrega de Las huellas perdidas de Odiseo. Hoy dejo un enlace a otro artículo para el diario digital Te Interesa en donde analizo la conflictiva relación entre China y Corea del Norte. Aquí podéis leer un fragmento:

"Debemos considerar que el más firme sostén de Corea del Norte con el que ha podido contar hasta ahora ha sido cimentado por Pekín, un respaldo en forma de abastos alimentarios, recursos energéticos y un auxilio diplomático inestimable para un país netamente caracterizado por su aislamiento" (Pulsa aquí para ver todo el texto)

El artículo completo: 

Corea del Norte se eleva como una muy curiosa o estrambótica estrella en la política internacional gracias a su polémico programa nuclear desarrollado en los últimos lustros y que amenaza seriamente no sólo la estabilidad política a un nivel regional, sino que es capaz de provocar la colisión de las dos grandes potencias del momento: Estados Unidos y China. Debemos considerar que el más firme sostén de Corea del Norte con el que ha podido contar hasta ahora ha sido cimentado por Pekín, un respaldo en forma de abastos alimentarios, recursos energéticos y un auxilio diplomático inestimable para un país netamente caracterizado por su aislamiento. Esta alianza hunde con ahínco sus raíces en la historia compartida de los partidos comunistas tanto chino como coreano contra los nipones durante la Segunda Guerra Mundial. Ulteriormente, fue la actuación del ejército popular chino la vital razón explicativa por la cual fue permitida la supervivencia al espacio comunista del norte tras la Guerra de Corea (1950-53). Por tanto no es de extrañar que para reflejar este íntimo enlace se haya utilizado, en un pasado no muy lejano, la imagen de estrecha unión de una boca con sus dientes. No obstante, a pesar de este inveterado trato de amistad entre los dos regímenes autoritarios, fácilmente somos capaces de localizar intervalos de alejamiento o fricción claros y no ocultados. Un hecho clave fue la decisión de Deng Xiaoping de abanderar un proceso de liberalización y apertura con el fin declarado de primar el desarrollo económico del país. La normalización de las relaciones con Corea del Sur en 1992 constituyó otro hito que golpeó con extrema contundencia un trato ya deteriorado por el paso del tiempo.


Aunque las diferencias de los últimos años son notorias, a China no le conviene el derrumbe del régimen norcoreano por motivos de muy diversa etiología. En primer lugar, Pyongyang desenvuelve una función de estado tapón frente a una Corea del Sur que aloja a más de veinte mil marines estadounidenses. Una Corea reunificada con capital en Seúl se aleja de la situación ideal imaginada por una elite política china interesada en convertir a su país en el centro de referencia dentro de su inmediato marco geográfico. Asimismo, el colapso del sistema liderado por Kim Jong-un puede fácilmente derivar en secuelas bélicas no queridas o suponer un desastre humanitario representado por unas oleadas de refugiados en grado de hacer peligrar el más anhelado objetivo chino: el crecimiento económico. Como resultado, se han esforzado en buscar una solución al problema a través del diálogo y la negociación para satisfacer el propósito manifiesto de mantener el status quo en la región, evitando con esto una escalada en un conflicto de incierto saldo.


Estados Unidos acusa de una innegable ambigüedad en el comportamiento de Xi Jinping a la hora de tratar este asunto y posee alegatos justificados para ello. Así, si bien el gobierno chino ha respaldado las sanciones económicas y comerciales de la ONU dictaminadas contra Corea del Norte (la resolución 1718 del 16 de octubre del 2006 pudiere ser un referente), no se sabe hasta qué punto y con qué afán de cumplimiento ha llevado a la práctica dichas penalizaciones. Y es que hemos de subrayar cómo China a día de hoy es el mayor suministrador de energía e incluso alimentos a un Estado que en los noventa ya vivió una crisis de subsistencias muy grave y en cuya hambruna se estima que murieron cientos de miles de coreanos. Además de la crisis alimentaria y el consecuente peligro migratorio, si estas restricciones se llevan a cabo resulta significativamente probable que China perdiese el influjo que todavía mantiene en el gobierno de Corea del Norte, incrementando la inestabilidad en la zona y dificultando una salida negociada de este laberinto político.


Para finalizar me gustaría ofrecer una nota de tranquilidad en referencia a la solución de esta cuestión ya que a ninguno de los actores que están involucrados en este juego de poder le conviene la conflagración armada. Sin embargo, no estaría de más el ser prudentes porque aquellas naciones que tienen más probabilidades en chocar están siendo gobernadas por dos personajes un tanto peculiares: Trump y Kim Jong-un. De este modo, la paciencia estratégica de Obama ha dado paso a un escenario en el que todas las opciones están sobre la mesa, incluida la contingencia de un ataque preventivo desencadenado por EEUU. En cuanto a China, ésta se ha caracterizado siempre por un perfil conservador y actualmente anhela una estabilidad que no perturbe sus  soñadas perspectivas económicas. Una guerra o unos vecinos con un arsenal de armas nucleares dispuestos a dar rienda suelta a su belicosidad queda lejos de constituirse como un horizonte adecuado desde el imaginario de Pekín.


Muchas gracias por vuestro interés.

Un fuerte abrazo.

Sergio Delgado



miércoles, 3 de mayo de 2017

¿Están predestinados Estados Unidos y China a colisionar?

Bienvenidos a Las Huellas perdidas de Odiseo, un blog dedicado a la cultura últimamente centrado en China. Hoy facilito un enlace que dirige a mi nuevo artículo para el periódico digital Te Interesa. En esta ocasión tratamos sobre la relación entre Estados Unidos y China. Podéis leer un fragmento:

"Del mismo modo, no estaría de más señalar cómo los jerarcas chinos tras la desaparición de Mao tomaron la osada decisión de iniciar una liberalización con el propósito declarado de estimular el progreso económico, siendo este el objetivo primero del régimen. Tal apertura no ha significado la evolución hacia un orden democrático de cuño occidental, optando consecuentemente por una vía propia y cuya marcha sigue estando conducida por un partido comunista atrincherado en el poder. Evidentemente una pirueta filosófica de esas características- tan comunes por otra parte- ha requerido que las elites políticas se justifiquen e inevitablemente legitimen ante la población con otros sustratos ideológicos. Aquí es cuando entra en escena un viejo conocido con una gran capacidad de convocatoria: el nacionalismo". (Pulsa aquí para leer el artículo completo)

El artículo completo:

En los últimos tiempos la relación entre Estados Unidos y China ha acaparado una mayor atención en todos los niveles dado el espectacular crecimiento económico de esta última nación, un desarrollo que la ha auxiliado a ubicarse como un firme contendiente en la disputa por la hegemonía mundial. El liderazgo ha venido siendo sostenido en solitario por los estadounidenses desde la desintegración de la Unión Soviética y el fin de una Guerra Fría que todavía rememoramos con facilidad. Un duelo que durante medio siglo había enfrentado a dos sistemas completamente diferentes representados respectivamente por dos actores muy diversos: el capitalismo yanqui contra el comunismo soviético. Y es precisamente una curiosa mezcla de ambos modelos con un añadido matiz asiático el cual parece ahora dispuesto a pugnar por la supremacía en el orden internacional. 


Del mismo modo, no estaría de más señalar cómo los jerarcas chinos tras la desaparición de Mao tomaron la osada decisión de iniciar una liberalización con el propósito declarado de estimular el progreso económico, siendo este el objetivo primero del régimen. Tal apertura no ha significado la evolución hacia un orden democrático de cuño occidental, optando consecuentemente por una vía propia y cuya marcha sigue estando conducida por un partido comunista atrincherado en el poder. Evidentemente una pirueta filosófica de esas características- tan comunes por otra parte- ha requerido que las elites políticas se justifiquen e inevitablemente legitimen ante la población con otros sustratos ideológicos. Aquí es cuando entra en escena un viejo conocido con una gran capacidad de convocatoria: el nacionalismo.


Los contactos entre la Administración Trump y el Gobierno de Pekín han continuado la senda marcada por sus antecesores, siendo ilustrativa al respecto la reciente reunión entre el actual Presidente de Estados Unidos y su homologo oriental Xi Jinping. Esta cumbre se ha desarrollado cordialmente, esforzándose ambos participantes en proyectar una imagen de cooperación frente un trasfondo de cercanía con el anhelo de disipar cualquier temor ante una abierta colisión de intereses. A día de hoy las diferencias más grandes que separan ambos países son de índole económica y comercial, si bien otras circunstancias acaparan el protagonismo en los medios de comunicación, como pudiere ejemplificar el problema de Corea del Norte o las disputas territoriales en el Mar del Sur de China.


A pesar de todo, no hemos obviar el perenne influjo de la célebre trampa de Tucídides con la cual se explica la sustitución en la historia de un poder hegemónico por otro emergente. El recelo provocado dentro de Estados Unidos por el rutilante ascenso de China es ciertamente notable, siendo factible que pasado un tiempo resulte con cierta facilidad en una acendrada competición entre las dos naciones, manifestada externamente en una probable, pero no deseable, carrera armamentística. Anotamos desde esta perspectiva el evento del pasado 26 de abril cuya principal atracción consistió en la presentación del primer portaaviones totalmente construido en China. Un acontecimiento enmarcado en la política de modernización de este ejercito asiático pergeñada en los lustros precedentes al compás de la bonanza económica del país. Enfatizamos la relevancia capital que esta cuestión guarda para una nación oriental que ya vivió sus famosos cien años de humillación como consecuencia directa del imperialismo occidental. Desde este prisma posee cierta lógica el deseo de unas fuerzas armadas modernas, profesionales y eficaces con la misión de salvaguardar sus legítimos intereses.


Como conclusión, me gustaría enviar un mensaje positivo en lo tocante a la futura evolución de la interacción entre ambos estados, mas sin trascordar la existencia de cierta incertidumbre generada por la interacción de dos sistemas e incluso culturas muy diferentes. Optimismo basado en la inconveniencia para estos protagonistas de un conflicto directo, unos actores que además aparecen en este momento como unos socios comerciales estrechamente ligados. Aunque es cierta la presencia de ciertos asuntos que tanto en el presente como en los próximos años se constituyen en un foco de tensiones, no cabe duda que una hábil labor diplomática con ciertas dosis de realpolitik debería ser capaz de atemperar cualquier eventualidad de carácter grave. Así, los derechos humanos bajo el régimen comunista, el caso del Tíbet o la situación de Taiwán, no necesariamente confluyen hacia una colisión frontal entre ambas naciones. Paralelamente, se dan un conjunto de fenómenos favorecidos por la globalización como son las mejoras en el transporte, los nuevos medios de comunicarse con otras gentes del mundo, el aumento del nivel de vida de los ciudadanos chinos y lo avanzado de la occidentalización del país que coadyuvan a una apertura de esta sociedad desenvuelta de forma autónoma.

Muchas gracias por vuestra atención.

Un fuerte abrazo.

Sergio Delgado


martes, 18 de abril de 2017

Las oportunidades de China

Bienvenidos un día más a Las huellas perdidas de Odiseo, un blog de cultura y educación centrado últimamente en China. Hoy os facilito un enlace de mi nuevo artículo para el periódico Te Interesa en donde hablo sobre las nuevas oportunidades que brinda China.

"¿Podemos beneficiarnos los españoles de este fenómeno aperturista chino? Mi respuesta es clara y rotunda: sí. Para ello debemos avivar nuestro espíritu emprendedor y de aventura, algo que nunca nos ha faltado y así lo hemos demostrado a lo largo de la historia. En primer lugar nuestra lengua es una de las más habladas del mundo, manteniendo una importancia cultural, económica y diplomática de primer orden. Sirva como mera muestra la posición privilegiada en la que nos situamos como puente de unión entre la Unión Europea y Sudamérica. Una América Latina que atesora una gran relevancia geoestratégica para unas multinacionales chinas que con denuedo se expanden por dicho continente. Como corolario, no es de extrañar que el aprendizaje de español en China se haya favorecido de un incremento cuantitativo muy significativo en todos los niveles (secundaria, universidad…) y que el número de jóvenes chinos cuyos estudios se realizan en España sea diez veces mayor que hace una década". (Pulsa aquí para leer todo el artículo)

Artículo completo: 

En los últimos años las noticias referentes a China se han multiplicado exponencialmente gracias tanto al espectacular progreso económico del que se ha beneficiado, como a su conversión en una gran potencia mundial capaz de cuestionar la actual hegemonía de Estados Unidos en el plano internacional. La pujanza y modernización de la economía de esta nación les permite una posición más decidida en las relaciones con otros países de su entorno más inmediato, la pugna por los recursos naturales del mar del Sur de China es un ejemplo. El salto hacia delante de esta antigua civilización ya se ha producido, es una realidad que los occidentales debemos reconocer e incluso aceptar sin miedo puesto que podemos favorecernos de dicha circunstancia. Con ánimo de proporcionar cierta luz ante unas perspectivas aparentemente sombrías creo que también sería productivo llamar la atención al fenómeno de apertura, diálogo y colaboración fomentado en este país desde el pasado más reciente.


El gobierno chino lleva un tiempo intentando reforzar una imagen de cooperación que disipe los eventuales temores hacia un hipotético liderazgo mundial de este gigante asiático. Asimismo, esta distensión se debe a factores internos como son el aumento considerable de los recursos económicos, la mejor calidad de vida y un superior nivel educativo de sus propios ciudadanos. Por otro lado, las innovaciones tecnológicas en los medios de difusión de información, comunicación, transporte, etc. han propulsado el intercambio de ideas, galvanizando paralelamente la producción cultural y artística del país. Lejos queda la desastrosa Revolución cultural, ahora nos topamos ante una sociedad moderna con un notable poder adquisitivo y que demanda una amplia gama de productos para el consumo.


¿Podemos beneficiarnos los españoles de este fenómeno aperturista chino? Mi respuesta es clara y rotunda: sí. Para ello debemos avivar nuestro espíritu emprendedor y de aventura, algo que nunca nos ha faltado y así lo hemos demostrado a lo largo de la historia. En primer lugar nuestra lengua es una de las más habladas del mundo, manteniendo una importancia cultural, económica y diplomática de primer orden. Sirva como mera muestra la posición privilegiada en la que nos situamos como puente de unión entre la Unión Europea y Sudamérica. Una América Latina que atesora una gran relevancia geoestratégica para unas multinacionales chinas que con denuedo se expanden por dicho continente. Como corolario, no es de extrañar que el aprendizaje de español en China se haya favorecido de un incremento cuantitativo muy significativo en todos los niveles (secundaria, universidad…) y que el número de jóvenes chinos cuyos estudios se realizan en España sea diez veces mayor que hace una década.


Y precisamente en nuestra lengua fue como me comuniqué días atrás con el embajador argentino en Pekín mientras visitaba el centro dónde trabajo. Nuestro tema de conversación, el motivo de su llegada y otra de nuestras posibilidades de inversión coinciden en una misma actividad, el fútbol. El interés que suscita tal deporte en este pueblo oriental también está en pleno crecimiento, como así lo evidencia el progreso de la Superliga. No obstante, aquí no acaban las posibilidades: moda, turismo, sector alimentario, producción cultural…todo un piélago de oportunidades de inversión para un mercado inmenso en una economía que ya es la segunda del mundo.


Para finalizar, recordamos la existencia de una serie de fenómenos que hacen de la globalización una realidad inevitable como son las revoluciones de los transportes y comunicaciones, el advenimiento de una nueva era digital, la emergencia de otras potencias (China, India…), etc. Frente a este escenario caben actitudes ciertamente opuestas, desde construir muros o intentar separar territorios íntimamente unidos durante centurias, hasta aquella inteligente donde se buscan nuevas vías de encuentro que favorezcan el avance de todos. En este último sentido cabe destacar el ambicioso proyecto de la nueva ruta de la seda. Un plan ideado, nutrido y abanderado por una China que este mayo se exhibe como anfitriona de una cumbre sobre dicho propósito a la cual asistirán más de veinte jefes de estado. Una reunión que por sí sola ya constituye un cuento chino para otro día.



Muchas gracias por vuestra atención.

Un abrazo,

Sergio Delgado

En un parque de Pekín con otros profesores

miércoles, 5 de abril de 2017

La educación en China

Bienvenidos un día más a Las Huellas perdidas de Odiseo. Aquí os dejo el enlace a un artículo sobre el sistema educativo chino escrito para el periódico Te Interesa.

"La educación asiática normalmente suele ser conocida en Occidente por sus buenos resultados obtenidos en los distintos índices internacionales educativos, siendo quizá el informe PISA el más distinguido en nuestro país y cuyas conclusiones son aquellas con una mayor repercusión desde un nivel mediático. Los alumnos orientales han sido siempre célebres por su capacidad de trabajo, concentración, excelencia, etc., cualidades que he sido capaz de comprobar de primera mano gracias a mi posición como profesor en un muy buen colegio internacional. Si bien hasta ahora sólo había desarrollado la docencia en distintas universidades de España e Italia, la actitud que advierto en mis estudiantes de Pekín es claramente diferente a aquello a lo que estaba acostumbrado. Y he de confesar que hasta ahora, gana China ...". (Pulsa aquí para leer más)

El artículo completo:

La educación asiática normalmente suele ser conocida en Occidente por sus buenos resultados obtenidos en los distintos índices internacionales educativos, siendo quizá el informe PISA el más distinguido en nuestro país y cuyas conclusiones son aquellas con una mayor repercusión desde un nivel mediático. Los alumnos orientales han sido siempre célebres por su capacidad de trabajo, concentración, excelencia, etc., cualidades que he sido capaz de comprobar de primera mano gracias a mi posición como profesor en un muy buen colegio internacional. Si bien hasta ahora sólo había desarrollado la docencia en distintas universidades de España e Italia, la actitud que advierto en mis estudiantes de Pekín es claramente diferente a aquello a lo que estaba acostumbrado. Y he de confesar que hasta ahora, gana China.


Novedades que se repiten en otros aspectos ligados a su sistema pedagógico y que enseguida enfatizan una de las destacadas virtudes del pueblo chino: la laboriosidad. Mientras España está entretenida en disquisiciones filosóficas de hondo calado e importantes consecuencias prácticas (creo haber leído algo sobre el controvertido y trascendental periplo de un autobús con polémico mensaje por diferentes ciudades españolas), estos jóvenes comienzan su jornada laboral sobre las siete y media de la mañana. El periodo lectivo finaliza más allá de las nueve de la noche y para entonces han sido capaces de estudiar muy diferentes materias e incluso ejercitarse a través de variadas actividades deportivas. La disciplina, constancia, voluntad y esfuerzo individual desempeñado por mis alumnos contrasta –como decía- de una manera drástica con aquello a lo que siempre he estado habituado. Las ganas de aprender, el respeto al profesor, la exigencia hacia uno mismo, el deseo de no defraudar a las respectivas familias o los amplios recursos económicos dedicados a la docencia, conforman un conjunto de cambios a los cuales me he adaptado con celeridad. Evidentemente no considero positivos todos los aspectos, también soy capaz de al menos citar algunas carencias o puntos débiles que en mi opinión afectan a este modelo. En primer lugar debería señalar una clara preeminencia de lo colectivo frente a lo individual que en ciertos momentos deriva incluso hacia lo castrense (marchas con la bandera nacional incluidas), pasando por una intención mucho más vehemente de fomentar la obediencia a la autoridad, hasta llegar a otras características de menos trascendencia como la mayor timidez de estos estudiantes con respecto a sus homólogos occidentales.


Por su lado, el prestigio y la alta estima que recibe el docente hunden sus raíces en la historia y cultura chinas. Y es que durante la dilatada era imperial este amplio territorio quedaba regido por una elite intelectual que había sido sometida a un riguroso proceso selectivo a través de una serie de duros exámenes. Un éxito en estas pruebas equivalía a la obtención de una posición elevada, tanto desde un punto de vista económico como social. Pese a que este milenario sistema desapareció en 1905 como consecuencia de la presión colonial de las potencias occidentales y Japón, la deferencia sentida hacia las personas con instrucción académica ha permanecido viva dentro de esta sociedad. Una pequeña anécdota sobre este fenómeno quizá sea clarividente al respecto, así me resulta posible indicar cómo los retratos de los diferentes profesores (entre los que me incluyo) presiden los pasillos y diversas zonas comunes de mi centro educativo. Además, bajo la imagen del docente se puede leer una pequeña biografía personal junto con los planes que el aludido desea desarrollar durante su estancia.


Como conclusión, nos situamos ante una organización educativa muy diferente a la ideada en España y en algunas ocasiones con unas concepciones claramente contrapuestas. Sin embargo, no dudo que ciertos elementos podrían ser adaptados y emulados en nuestro país con el ánimo de mejorar nuestros resultados en este ámbito. Un propósito que afecta a la sociedad en pleno, por lo que se hace necesario la participación de toda la ciudadanía en un proyecto común con unos determinados objetivos mínimos compartidos. Aunque siempre nos queda una famosa exhortación como alternativa: ¡Que inventen ellos!



Muchas gracias por vuestra atención.

Un abrazo,

Sergio Delgado

 Podéis ver unas fotos que he sacado este fin de semana en Pekín.



 

lunes, 20 de marzo de 2017

Para contaminación, la de Pekín

Bienvenidos a una nueva entrada de Las huellas perdidas de Odiseo. Aquí os adjunto el enlace de mi segundo cuento chino para el periódico digital Te Interesa:

"Mi segunda entrega de cuentos chinos empieza con un saludo: ¡Ni hao!, o para que me entendáis en nuestra lengua cervantina, esa palabra viene a significar “hola” y representa todo mi conocimiento de chino aprendido hasta el momento. Si bien soy capaz de sobrevivir con el inglés en mi puesto de trabajo, fuera del campus las posibilidades de comunicarse descienden vertiginosamente. Acciones cotidianas como hacer la compra pueden resultar más complicadas de lo normalmente esperado. Y es que ¿cómo pides una bolsa en la que meter esas curiosas cosas para comer que no sabes ni qué son?..." (Pulsa el enlace si quieres leer más)


Artículo completo:

Mi segunda entrega de cuentos chinos empieza con un saludo: ¡Ni hao!, o para que me entendáis en nuestra lengua cervantina, esa palabra viene a significar “hola” y representa todo mi conocimiento de chino aprendido hasta el momento. Si bien soy capaz de sobrevivir con el inglés en mi puesto de trabajo, fuera del campus las posibilidades de comunicarse descienden vertiginosamente. Acciones cotidianas como hacer la compra pueden resultar más complicadas de lo normalmente esperado. Y es que ¿cómo pides una bolsa en la que meter esas curiosas cosas para comer que no sabes ni qué son? Recordar el baile del “aserejé” puede servir de ayuda para que la cajera te entienda. Al final los gestos junto con las diferentes señales realizadas con el cuerpo son unas herramientas básicas de comunicación a cuyo uso te ves obligado. Sonreír también ayuda para relacionarte con estos diligentes asiáticos. Una permanente sonrisa aunque no sepas absolutamente nada de lo que te están diciendo y, por ejemplo, no estás seguro de si tu taxista te lleva al destino que le has indicado gracias a un papel escrito con unos caracteres un tanto difíciles de comprender.


En esos viajes hacia lo desconocido comienzas a explorar una ciudad que ofrece un gran número de atracciones para el turista. De todas ellas quizá la Ciudad prohibida y la plaza Tiananmen son las más famosas. Una fotografía obligada es ese “selfie” con la imagen de Mao a tus espaldas y si, además, portas una banderita de esta nación comprada para la ocasión: ¡Felicidades!, eres el perfecto turista. Curiosamente, un docente chino me dijo que no era necesario que adquiriese dicho símbolo como muestra de amistad. No sabía todavía que a los españoles nacidos en el País Vasco nos encanta llevar otras banderas en muchas ocasiones. A destacar la amabilidad de “Martin”, un compañero de trabajo que en su día libre nos lleva a visitar los monumentos históricos a todos los profesores occidentales que entramos en su coche. Disponibilidad que ha sido compartida muchas veces por otras colegas del centro que nos auxilian en nuestra vida diaria, en acciones tan cotidianas como poner una lavadora (cuyos botones están señalados en su idioma), hasta otras como acudir al banco o a variadas instituciones públicas. Es estas sedes en dónde fácilmente puedes toparte a otros occidentales que como niños pequeños son cuidados por sus guías del lugar.


La contaminación es quizá lo que menos me ha gustado desde que aterricé en el país y una de las cosas que más me han sorprendido. Si vienes a Beijing olvídate de los niveles de polución a los que estamos acostumbrados los europeos, aquí se sobrepasan con holgura. Este problema potencia en gran medida tu conciencia medioambiental, sobre todo cuando te ves paseando por la calle con una máscara sobre la cara y tu atuendo no responde al deseo de ser un ninja. Al de pocos días seguro que te has instalado una app en el teléfono que mide la calidad del aire e incluso comentas alegremente con tus amigos las evaluaciones presentes y estimaciones de las próximas jornadas. Parece ser que los efectos de la polución atmosférica se sienten más en el invierno y son más tenues en la etapa veraniega. Hacer ejercicio por la calle tampoco es muy recomendable, por mucho que unos cuantos voluntariosos orientales te animen con su ejemplo a lo largo del día. Desde muy temprano observo a vecinos jugando al ping-pong, luego es fácil advertir a mis alumnos practicando diversos deportes (fútbol, baloncesto, atletismo…), para finalmente al caer la noche encontrarte a un gran número de personas de mediana edad bailando al son de la música tradicional. Un entretenimiento realmente curioso y que impacta a un occidental que espera descubrir a un pueblo permanentemente ocupado en el trabajo. Una muestra de ocio que combina diferentes melodías y danzas realizadas, eso sí, de manera colectiva. Y con este espectáculo diario que cierra el día, me despido hasta el siguiente cuento chino.



Imagen tomada en un parque en un día sin contaminación

Muchas gracias por vuestra atención.

Un abrazo, 

Sergio D.S.

lunes, 6 de marzo de 2017

Estancia en Beijing (China)

Hola a todos y muchas gracias por leer un día más Las huellas perdidas de Odiseo. El blog ha estado inactivo últimamente porque estoy trabajando en Pekín (China). Podéis seguirme a través de mis artículos en el periódico digital Te interesa.

http://www.teinteresa.es/mundo/contaminacion-Pekin_0_1762623763.html

El artículo completo:

Este es el cuento de un español que ha decidido vivir una aventura en Beijing, un nuevo comienzo en una trayectoria plagada con unos cuantos de ellos. Aunque soy historiador, habiendo trabajado en España y en Italia como tal, ahora sobrevivo como profesor de español en la tierra de Mao. Menciono a este padre de la patria porque va a ser precisamente su rostro lo que vais a ver en todos los billetes que cambiéis en el aeropuerto si algún día os apetece visitar este país. En mi caso diría que el siguiente hombre chino que recuerdo en estas instalaciones es el director del colegio internacional donde actualmente ejerzo como docente. Y puedo añadir que fue en ese preciso momento cuando las ideas preconcebidas que tenía de China se empezaron a derrumbar, puesto que lo primero que hizo este caballero tras recibirme fue llevar mi maleta como muestra de hospitalidad. Hospitalidad que se ha repetido continuamente hasta ahora con todos los chinos que he encontrado en la escuela, preocupados de continuo para que no me faltase nada. El segundo detalle a llamar mi atención fue el poder adquisitivo que ostentan en este momento, el cual puede ser fácilmente advertido desde el parking de la propia terminal, en donde prácticamente todos los coches eran nuevos. Fijarse en el automóvil de los demás en China no es ni mucho menos indiscreción o una muestra incipiente de envidia, más bien una acción nacida desde un profundo instinto de supervivencia ya que aquí los vehículos tienen absoluta preferencia cuando circulan, también  incluso en los pasos de peatones. Entonces queda la pregunta ¿Para qué sirven estas indicaciones? Un misterio asiático, como sus otras señales de tráfico escritas con esos graciosos e ilegibles caracteres chinos.


Los primeros días de mi estancia han sido ciertamente entretenidos y plagados de actividades, desde aquellas típicamente burocráticas hasta esas otras clásicas de mi puesto de trabajo. Entre las primeras puedo comentar mi visita a la comisaría más cercana para registrarme como extranjero, trámite que recuerdo con cierta nostalgia porque ha sido realizado por una guapa policía. En cuanto a mis responsabilidades laborales imagino que serán facilitadas tanto por la actitud positiva de los estudiantes chinos, como por sus ganas de aprender o el perenne respeto que muestran al profesor, etc. A veces creo que son más disciplinados que yo. Al menos eso pienso cuando les veo desfilar alegremente por el patio del colegio con la bandera de su nación o en esos intervalos en los que están escuchando discursos en una formación casi militar. En estos momentos plácidamente tomo café desde la ventana, producto especialmente traído para los profesores extranjeros y cuyas posibilidades de consumo son ilimitadas. Paradójicamente, así nos tienen tranquilos.


Un sosiego, por otro lado, buscado a nivel nacional por las autoridades chinas dado que sería conveniente recordar la censura existente en internet cuando hablamos del lugar. El acceso a Facebook, Blogger, Google, Gmail, Instagram... está prohibido. Pese a todo, no estamos obligados a olvidar todas nuestras costumbres digitales, por ejemplo Whatsup funciona normalmente y consecuentemente todavía podremos felizmente molestar a horas extrañas a todos nuestros amigos de España con este dispositivo. Sin embargo, si quieres tratar con mis vecinos orientales es mejor que te vayas instalando WeChat. Una aplicación que no conocía hasta mi llegada y cuyo uso puede resultar atractivo para curiosear las fotos compartidas por otros usuarios con los que estás conectado. Como no tengo vuestro Wechat os contaré mis experiencias desde Teinteresa y espero que al menos sean amenas.


¡Ah! Me llamo Sergio y soy de Bilbao, otro español que en tiempos de crisis se ha buscado la vida. Puedo decir que no me ha ido mal y es más, en cierto sentido, estoy agradecido de que las circunstancias me hayan animado a dejar España ¡Al menos por ahora!









Quizá también escriba aquí alguna entrada nueva. Muchísimas gracias por vuestra atención.

Hasta la próxima entrega de Las huellas perdidas de Odiseo.

Un abrazo, 

Sergio D.S.