Vitoria (Por Bolumburu B.A., Rodríguez, J.A.) |
Bienvenidos a
una nueva entrega de Las huellas perdidas de Odiseo que se encargará de
continuar el relato sobre la permanencia judía en el País Vasco durante el
Medioevo, centrándonos hoy específicamente en la ciudad de Vitoria. Inicialmente
conviniera subrayar una admonición respecto al tamaño de la población mosaica
de Vitoria. Y es que como casi toda cuantificación demográfica medieval ésta
debe ser tomada con extrema cautela dada la sequía informativa al respecto. Pese
a todo, atesoramos indicios por los cuales suponemos que el tamaño de la
comunidad judía en Vitoria era significativo. La primera advertencia sobre
ellos resulta tardía, habremos de esperar hasta el reinado de Alfonso X-en
1256- para descubrirla, exactamente cuando el Rey Sabio ordene la ampliación de
la villa, diseñando entonces tres nuevas calles paralelas, Cuchillería,
Pintorería y Judería. La habilitación de esta última nos impele a ponderar como
relevante el número de los mismos ya en dicha fase. En 1290- fecha de
elaboración del Padrón de Huete- la agrupación israelita acomodada en Vitoria
era la más importante del País Vasco, a poca distancia de la de Calahorra y
superior al de otros epicentros poblacionales judaicos de ese obispado, como
confirmamos con Miranda de Ebro.
Calle Judería de Vitoria |
Ya dijimos que
se ha identificado a los judíos como consustancialmente usureros y arrendadores de
impuestos, un sector que también mantuvo mucha preeminencia en Vitoria. Sin embargo, ahora detectamos
todo un piélago de pequeños veneros hebraicos circunscritos a minúsculas
aldehuelas diseminadas por la llanada alavesa, suponiendo en muchos casos una
inherente condición campesina para sus judíos. En cuanto a su instalación
predominante en el mediodía del País Vasco creemos que responde a una
abigarrada etiología: fenómeno urbanizador tardío característico de la región,
férrea competencia con los moradores originarios y porque su inclusión en el
boyante comercio atlántico quedaba asegurado desde los enclaves interiores.
Miniatura de un judío |
El grado de
tolerancia entre estos dos colectivos tanto en Vitoria como en el País Vasco en
su conjunto ha creado cierta polémica, aunque en mi opinión resulte
análogo al del resto de la Corona de Castilla. Las ordenanzas concejiles
vitorianas conservadas -en rítmica consonancia con las reales- nos permiten
avizorar la degradación paulatina de sus condiciones vitales: segregación
étnica, imposición de símbolos
distintivos, discriminación económica, religiosa y social, etc. Ese ambiente
estanco y enrarecido formula un excelente caldo de cultivo para una futura
conflagración violenta. De hecho, fue en el preludio de la expulsión cuando nos
encontremos con el único asalto documentado a la sinagoga, plasmación directa
de un odio larvado pero perennemente alimentado. Tenemos constancia del
alboroto por el amparo concedido por el Consejo Real tres años más tarde ya que
los judíos:
“…avian seydo e
heran muy maltratados por los vezynos e moradores de la dicha çibdad de
Vitoria, apedreandolos e descalabrandolos por las calles donde andavan
injusta e non devidamente e deziendoles muchas menguas e desonrras syn
ninguna cabsa e aun iendo de noche por la judería despues que los judios son
encerrados en sus casas e quebrantarles las ventana a pedradas. E que lo peor
era que avia acaeçido estando los judios en su sinagoga faziendo oraçion
entraron los christianos arrebocados donde estavan las judias e escupirlas e darles de puñada e
coces de tal manera que los dichos judios e judias non osavan estar en su
juderia nin bevian seguros”.
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Sin embargo,
encontramos otras pruebas sobre la difícil convivencia entre las distintas
comunidades. La muy controvertida ejecución judicial del alcalde ordinario Juán
Fernández de Paternina puede ser emblemática, actuado probablemente ex officio hace arrestar al judío Jato
Tello por blasfemia y reniego de Dios para seguidamente obtener su confesión
mediante tortura.
“Le fizo prender
y luego en la otra syn aver acusador le puso a tormento hasta que le fiso
confesar” Ulteriormente dictará una gravosa sentencia “fue açotado
publicamente por esta çibdad y enclavada su lengua”. La Chancillería de Valladolid,
vía apelación, anuló la culpabilidad del reo, aceptando las súplicas del
acusado “Lo qual todo dyz
que le fyzistes por enemistad que contra el teniades e non guardando forma ni
horden de derecho”.
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Imagen antisemita de origen inglés |
Poseemos otro
interesantísimo testimonio perteneciente a un galeno de raza hebrea pero esta vez residente en Bilbao, aunque más
exacto sería el decir, preso en Bilbao. Éste tras ser encerrado por el
corregidor-con todo tipo de irregularidades en el proceso- atendió a pacientes
en la misma cárcel, obviando éstos a los propios médicos cristianos de la villa
marinera. En su búsqueda de justicia ante los monarcas, menciona como uno de
los factores más determinantes de su presidio
en que:
“ay algunos
medicos cristianos, los quales diz que es cierto segund la comun opinion de
los vecinos e moradores de la dicha villa no tyenen aquella avilidad e
suficiencia en medesyna que el dicho Ravi Symuel su parte, e con esta enbidia
e porque es judio todos diz que le han tratado e tratan quanto mal pueden”.
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Cirujía medieval |
Esto es todo por ahora. Todavía
trataremos el tema hebreo una vez más en un próximo capítulo de Las huellas
perdidas de Odiseo.
Muchas gracias y un abrazo.
Sergio D.S.
¿Quieres saber más?
VV.AA.: Los judíos, Fundación Sancho el Sabio, Vitoria, 1992, 478 págs.