Bienvenidos un día más a una nueva
entrada de Las huellas perdidas
de Odiseo que creemos interesante
pues invitamos a un autor que ya ha visitado con anterioridad nuestro humilde
espacio digital. Nos referimos a Felice
Delfino, un joven profesor calabrés que en el pasado ya nos había hablado de un
tema muy sugestivo relativo a los judíos en el estrecho de Mesina (Judíos estrecho de Mesina). Hoy nos alegramos de traducir otro de sus
artículos pero éste relativo a una temática muy diferente, el autor nos
explicará la importancia del vino de Regio de Calabria y su difusión. Para ello
y gracias a su inestimable ayuda viajaremos a lo largo de la Historia desde la
Antigüedad clásica hasta nuestros más inmediatos días con el vino como
auténtico protagonista del relato.
EL VINO REGINO Y SU DIFUSIÓN
Autor: Felice Delfino
(Traducción y anexos: Sergio Delgado)
“In Vino veritas”
el antiguo dicho romano, todavía hoy bien conocido y difundido en el lenguaje
común. Ciertamente es muy sabido cómo los efectos embriagantes del vino actúan
sobre el sistema nervioso, desinhibiéndolo, induciendo a aquellos que están
ebrios a ser vulnerables, a decir eso que en estado de consciencia no habrían
tenido nunca el coraje de decir y a perder el control de sí, alcanzando también
a veces a realizar gestos inusitados. De otra parte Homero recuerda el “…vino loco que suele
impulsar también al hombre muy sabio a entonar una canción y a reír de gusto, y
le manda arriba a danzar, y deja escapar algunas palabras que era mejor callar”.
Píndaro apostrofaba que “el vino eleva el
ánima y los pensamientos, y las inquietudes se alejan del corazón del hombre”.
Tenía puramente razón: hay quién bebe sólo para olvidar y para aligerarse de la
carga de los problemas cotidianos, pero hay también quien lo hace en compañía
de los amigos. Beber vino es sobre todo un momento agregativo y muy
participativo, ha alegrado, pero alegra todavía hoy las mesas de cada casa. Un
papel importante lo ha desempeñado en ocasión de los banquetes, donde el placer
del beber era ligado a la cultura, un matrimonio particularmente interesante:
el simposiarca
escogía una temática a tratar y cada uno de los convidados exponía su punto de
vista. El simposio de Platón es un significativo ejemplo: el argumento central
en torno al cual rota el debate narrado de la obra es el Eros (amor
carnal, pasional) sentimiento bien diferente de la filia (el amor amistoso)
enunciado en el Fedro.
El banquete del que
habla Platón en el Simposio, está
organizado en casa del poeta Agatón, el cual quiere festejar el éxito que ha
obtenido en el concurso trágico de las Leneas o de las Grandes Dionisias del
416 a.C. invitando para la ocasión algunos de sus queridísimos amigos: el
discípulo Aristodemo, el retórico Fedro, el amante Pausanias, el médico
Erisimaco, el comediógrafo Aristófanes y el sabio filósofo Sócrates. Cada uno
hace verter su propio discurso hacia aquello que está más especializado. Habían
ya comido y bebido mucho; quién sabe cuál fue el vino consumido, aquello no es
posible afirmarlo dado que Platón no lo especifica. Ciertamente se debía tratar
de un buen vino, dada la ocasión especial que había iniciado aquel simposio ¿Y
si aquel vino hubiese sido el regino?
Anexo I. El banquete (Platón)
Cuando
hablamos de El banquete posiblemente
nos estamos refiriendo a la obra más conocida de Platón, con permiso quizá de
su otro tratado La república.
Platón es uno de los filósofos más preeminentes de la Historia de la humanidad y
del pensamiento occidental, bien es sabida por ejemplo su influencia más
inmediata y notoria en su también célebre discípulo Aristóteles. En cuanto a
este escrito podemos reseñar que la acción del relato se desarrolla en un
clásico banquete -de ahí el título de la obra- y en la que intervienen
famosos protagonistas del tiempo cuyo caso más destacado es el del propio
maestro de Platón: su admirado Sócrates. El tema central del libro es la
discusión sobre el amor que mantienen los personajes, las divergentes visiones
que de este fenómeno poseen cada uno de ellos. Un ensayo que creemos de
recomendable lectura tanto por su temática, como por otros aspectos, ya sea
su resonancia posterior o el reducido tamaño del opúsculo.
|
Obviamente, es
improbable que así fuese, pero aunque si parece absurdo, no es completamente
imposible, en cuanto como veremos más adelante, era un vino que en el mundo
clásico tenía una importancia internacional. En el mundo antiguo el consumo de
vino era frecuente para los más pero también entre los menos acomodados y su
producción se realizaba con meticuloso cuidado y con sabio arte, en cuanto era destinada
también a los paladares más refinados y exigentes. Sobre todo el hedonista que
hacía del placer un verdadero y propio estilo de vida, no se contentaba con
vinos cualquiera, buscaba los más exquisitos para disipar su glotonería, por lo
que optaba o por productos de mayor nivel cualitativo, vendidos en el interior
de los grandes circuitos comerciales de la época, o bien optaba voluntario al
consumo de la ambrosía, el vino mezclado con miel, una bebida buscadísima y no
común dada la expresión atribuible de “néctar
de los dioses”.
Hesiodo |
Anexo II. Las obras y los días (Hesiodo)
“Musas de la Pieria que con vuestros cantos
prodigáis la gloria, venid aquí,, invocad a Zeus y celebrad con himnos a
vuestro padre...” Así son las palabras que dan comienzo a otra de las
obras más destacadas de la Grecia clásica. Cuando tratamos de Hesiodo debemos
de tener en cuenta su importancia para el conocimiento de la mitología
griega, siendo La teogonía y Las obras y los días sus trabajos más
sobresalientes. De contenido muy heterogéneo nos podemos topar desde la
descripción de las labores del agricultor para mejorar sus cultivos hasta
otros asuntos como consejos para la administración familiar o sobre la
conducta religiosa. Relevantes mitos como el de Prometeo o Pandora también son
abordados a lo largo de sus páginas. En definitiva, creemos indispensable la
lectura de estas obras para el interesado en los mitos griegos clásicos y para
aquellos que deseen un estudio de los mismos sin acudir a las fuentes
originales podemos recomendar el trabajo de Robert Greaves (El célebre autor
de Yo Claudio) titulado Los mitos griegos.
|
Cartuja Scala Dei |
En Italia los etruscos diseminan muchas vides introduciendo la práctica de cultivación de la vid maridada: la vid se estrecha a un árbol, aquello hace rápido venir en mente al regino, el oráculo de Delfos, consultado por los griegos calcidios en el s. VIII a.C., antes de fundar Rhegion: de hecho, se profetizaba que un macho (un higo) se unía a una hembra (vid) y allí era el lugar de la fundación. Otras vides y relativas tipologías de cultivación son introducidas primero por los griegos y después por los romanos. Plinio el viejo en su Historia Natural sostiene que en sus tiempos existían 195 variedades de vinos, y sólo la mitad eran producidos en Italia. Un largo elenco puede ser extendido, aproximadamente los vinos más prestigiosos, que no cito todos por motivos de ocasión y consumados del pasado en los que incluimos tres vinos del territorio itálico que podemos tranquilamente etiquetar como “príncipes” son: Sorrentino, Priverno y el Regino. Este último ha sido elogiado nada menos que por el historiador Ateneo de Naucratis en su obra, colocada en el siglo II a. C., “Los sofistas a banquete” ¿Cuáles son las motivaciones que empujaron a este historiador a elogiar un producto típicamente peculiar y característico de nuestra tierra?
Anexo IV. Ateneo de Náucrates
Ateneo
de Náucrates fue un filósofo griego del siglo III d. C que es recordado sobre
todo por la más notoria de sus obras: El
banquete de los eruditos. A lo largo de sus páginas somos participes de un
banquete en el que diversos personajes abordan una variada tipología
temática: desde la vida cotidiana y las costumbres, hasta otras materias de
mayor enjundia como el Derecho o la Historia. Aunque en la actualidad se
conservan 15 libros, puede que este volumen alcanzase una mayor extensión que
por desgracia no ha llegado a nuestros días. Hemos de subrayar que
recientemente se ha publicado una excelente traducción realizada por Lucía
Rodríguez-Noriega Guillén que en 1999 fue galardonada con el Premio Nacional
de Traducción otorgado por el Ministerio de Cultura de España
. |
KEAY LII |
Hoy Italia es el segundo productor del mundo con 44,4 millones de hectolitros producidos y ha registrado una significativa y positiva facturación de 14,6 millardos de euros. Utilizando y readaptando en un contexto diferente la expresión de Gabriel D’Annunzio la nuestra, en ámbito enológico, es una “victoria mutilada”, disfrutamos a mitad dado que somos también el farolillo rojo en las ventas online. Como quiera que sea, observando el vaso medio lleno y no medio vacío (analogía mejor que esta no podía hacer visto de lo que estamos hablando), también Calabria sonríe constatado el éxito del año en curso (2015) de seis etiquetas que en los últimos años tienen alto el nombre de la región en campo internacional: el passito (vino generoso en pasas) Collimarini 2013 de la empresa Poderi Marini de San Demetrio Corone; el Moscato Passito de Saracena 2013 de la Cantina Viola de Saracena; el rojo Magno Megonio 2012 de las Cantinas Librandi di Cirò Marina; el Cirò tinto Clásico superior “Aris” 2011 de la Cantina Arcuri de Cirò Marina; el rojo Magliocco 2010 de la Cantina Lento de Lamezia Terme y el passito Mantonico 2010 de la Cantina Ceratti de Bianco. A enriquecer este esplendido marco triunfal añadimos también el rojo Aris 2011 procedente directamente de la Cantina de Sergio Arcuri de Cirò Marina, ha entrado en la rosa de los 25 vinos a cuyo Ais ha atribuido el premio especial Tastevin. Por desgracia, en esta especial clasificación en la que descuellan excelencias conocidas por los más expertos sommelier y entendidos, además de aquel de Bianco, no figuran, ¡ay, de mí!, otros vinos de la Provincia regina.
Anexo V. Vinitaly
Por último,
me gustaría dar noticia de una feria del vino realizada en Verona el pasado mes de abril (13-16)
y en donde se dieron cita los más destacados productores de vino del
país. A juicio de la propia organización Vinitaly “è la manifestazione che più d'ogni altra ha scandito l'evoluzione del
sistema vitivinicolo nazionale ed internazionale, contribuendo a fare del
vino una delle più coinvolgenti e dinamiche realtà del settore primario”
(Página web Vinitaly, en inglés e italiano). Esta reunión supuso el 50º
evento de estas características realizado por Vinitaly y he querido
recordarla por su resonancia mediática y por los lazos tanto sentimentales
como laborales que me unen a esta esplendida ciudad (Verona I, Verona II,
Verona III). Una urbe que, sin duda, os invito a visitar: no os decepcionará.
|
Por consiguiente, me permito de elevar en la mano derecha una copa rebosante de vino haciendo un caluroso brindis a los lectores del presente artículo, deseando todo bien, con la esperanza que el vino regino pueda volver y, por qué no, superar el nivel de sus antiguos fastos. Acompaño la frase de buenos augurios con un sabio consejo: dada la brevedad de la existencia humana, esforcémonos a vivirla en el mejor modo posible, sin privarla de los placeres, pero evitando los excesos y manteniendo un justo y correcto equilibrio. Recordaba justamente Benjamin Franklin: “No se puede vivir bien donde no se bebe bien. El vino vuelve más fácil la vida todos los días, menos acelerada, con menos tensiones y más tolerancia. Pide consejo al vino, pero después quítate toda duda con el agua”. Si nos abandonamos al placer moderado del beber, no nos contentemos con vinos cualquiera: “La vida es demasiado breve para beber vinos mediocres” (Johann Wolfgang von Goethe). ¡¡Salud!!
Esto es todo por hoy, muchas gracias por ser
participe un día más en Las huellas
perdidas de Odiseo.
Un abrazo.
Sergio D.S.
P.D: Aquí os dejo enlaces en
donde podéis adquirir vinos calabreses: