Bienvenidos a la
lectura de una nueva entrega de este blog, Las
huellas perdidas de Odiseo, en donde intentaremos pergeñar un resumen
global de las principales razones explicativas de la decadencia y desaparición
del Imperio Romano Occidental. En primer lugar debemos recordaros lo inveterado
de este debate historiográfico y su carácter inexpugnable, es decir, la
dificultad intrínseca de hallar una respuesta definitiva a dicho enigma
histórico. Es por ello que aquí partiremos desde una perspectiva aérea que
proyecte una panorámica general de la cuestión y que de alguna manera se
constituya como un punto de partida para posteriores indagaciones.
Los propios
contemporáneos eran conscientes de la crisis o del periodo de declive que
estaban viviendo y ellos mismos alegaban un motivo u otro que diese sentido a los episodios que jalonaban sus vidas. La historiografía,
por su parte, ha venido suministrando un amplio abanico de respuestas que
normalmente hacen hincapié en un factor determinado como razón última del
colapso. No obstante, hay historiadores que rechazan una sola causa como motor
exclusivo del cambio e inciden en que fue un conglomerado de hechos los percutores
del colapso imperial. Asimismo, también existen investigadores que rechazan la
noción de crisis para este proceso histórico y resaltan que nos topamos ante
una mutación gestada a largo plazo, con una transición relativamente pausada desde
la Antigüedad a la Edad Media. Al compás de estas matizaciones, ha habido
autores que han enfatizado cierto crecimiento en algunos espacios
regionales y añaden que dependiendo del prisma desde el cual vislumbremos el pasado (social, económico, religioso), éste mantiene su propio
ritmo de evolución que no coincide necesariamente con el resto. En las
siguientes líneas mostraremos los planteamientos más recurridos por los
especialistas:
Explicación
religiosa. Una de las razones más esgrimidas ha sido la expansión del cristianismo como componente esencial para
comprender la debilidad romana. Desde las alocuciones a la mansedumbre típicas de esta religión, pasando por los numerosos conflictos internos que a nivel
doctrinal lastraban los momentos primigenios de la Iglesia, hasta la
pérdida de uniformidad ideológica de la sociedad romana derivada de la
propagación de este credo oriental, son todos ellos, aspectos que se alzan como puntos de apoyo para esta postura.
Explicación
política. Incide en el proceso de degradación interna de las
instituciones romanas y en la cantidad de enfrentamientos civiles que germinan en el intervalo. Cifra muy elevada a nivel cuantitativo y siendo además un problema intensamente
gravoso desde una óptica cualitativa. Los resultados catastróficos derivados
del turbulento clima político son evidentes: destrucciones, purgas intestinas,
desorganización administrativa, división y pérdida de efectivos militares…
Explicación de degradación moral. Alegada también desde el tiempo mismo de los acontecimientos que estamos describiendo es la denuncia de una supuesta disipación en las costumbres y creencias de la otrora enérgica Roma. Frente a la imagen de un severo romano, alejado de todo afeminamiento oriental, atestiguamos la permanencia de una plebe adormecida entre espectáculos públicos e inmersa en un abigarrado plantel de placeres fruto de los avances de esta civilización.
“Pero he aquí que el magnífico esplendor de nuestra historia se ve oscurecido por la incultura y la
ligereza de unos pocos, que no se dan cuenta del lugar en que han nacido, y que, como si tuvieran licencia plena
para sus vicios, caen en el error y
la lascivia (... ) Y es realmente sorprendente contemplar cómo un
número ingente de plebeyos, con las mentes llenas de un ardor apasionado,
viven pendientes del resultado de las carreras de carros. Son estas cosas y
otras similares las que no permiten
que se realice nada memorable ni serio en Roma (…)”
Ammiano Marcelino (S. IV)
|
Explicación militar. Quizá la más patente, notoria y que, sin embargo, en los últimos años ha quedado un poco devaluada frente a otras hipótesis. Resulta evidente el cataclismo producido por las grandes invasiones de principios del siglo V y que vienen precedidas por notabilísimas derrotas bélicas frente a los bárbaros. Paradigma de ello fue el desastre de Adrianópolis en donde el mismo emperador Valente encontró la muerte. Una flagrante metamorfosis que se ha venido produciendo con el paso de los siglos, partiendo desde una posición de poderío casi indiscutido de las legiones romanas hasta esta otra en donde el equilibro de fuerzas frente a sus enemigos les resulta contrario.
“¿Dónde está ahora ese grande, ese formidable
imperio? ¿En qué se han transformado sus señores, esos romanos tan famosos
por sus conquistas, más ilustres por su virtud? La tierra entera temblaba
otrora a la voz de un romano; hoy todos los romanos tiemblan a la voz de un
bárbaro (...) Quienes nos han sometido nos venden la luz, nuestra vida y
nuestros días. Compramos el permiso de vivir desdichados”
Salviano
|
Explicación económica. Podemos seleccionar un conjunto de problemas que orbitan alrededor de la esfera económica: elevada presión fiscal, devaluación monetaria, inflación, ruralización, regionalización del comercio, etc. Se dan cita una serie de circunstancias que modifican la estructura social alto imperial, evolucionando a una separación de la población entre dos grupos cada vez más distanciados: honestiores y humiliores.
Coliseo de Robert Hubert |
Explicación
natural. Finalmente, comentar una sucesión de desastres
naturales que sacuden los cimientos de la sociedad bajo imperial. Por
un lado podemos citar la tesis que nos señala un empeoramiento de las
condiciones climáticas, precursora de un ciclo de malas cosechas y la consecuente convulsión de los pueblos germánicos en el norte de Europa. Por la otra parte,
hay estudiosos que nos advierten sobre las repercusiones de la expansión de ciertas
plagas, como pudiere ser la peste antonina que se abalanza sobre el
Imperio hacia el 165 d. C.
Como conclusión resaltar de nuevo las causas heterogéneas del desmoronamiento del Imperio Romano y subrayar algunos matices. En primer lugar creemos que estamos analizando un lento proceso de transición más que un cambio relativamente brusco de una situación a otra. Además debemos anotar que la fecha tradicionalmente admitida como cese- la deposición del último emperador por Odoacro- no fue en absoluto significativa. Por último, recordar que la parte oriental del Imperio pervivió hasta 1453 d. C., momento de su desaparición tras la victoria otomana.
Es un placer para mí poder proporcionaros un powerpoint que he realizado para ayudar a mis
alumnos con el desarrollo de las clases en la universidad.
http://www.slideshare.net/SergioDelgadoSotelo/de-la-antigedad-clsica-a-la-edad-media-causas-de-la-cada-del-imperio-romano-desde-una-perspectiva-general
http://www.slideshare.net/SergioDelgadoSotelo/de-la-antigedad-clsica-a-la-edad-media-causas-de-la-cada-del-imperio-romano-desde-una-perspectiva-general
Muchas gracias por
estar un día más con nosotros, hasta la próxima entrada de Las huellas perdidas de Odiseo.
Un abrazo.
Sergio
D. S.
Bibliografía
BRAVO, G.: Historia del mundo antiguo. Una introducción crítica, Historia y geografía, Alianza Editorial, Madrid, 2002.
BRAVO, G.: "¿Crisis del Imperio romano? Desmontando un tópico historiográfico", Vínculos de Historia, núm. 2 (2013), pp. 23-26.
GOLDSWORTHY, A.: La caída del Imperio Romano. El ocaso de Occidente, La esfera de los libros, 2009.
BRAVO, G.: "¿Crisis del Imperio romano? Desmontando un tópico historiográfico", Vínculos de Historia, núm. 2 (2013), pp. 23-26.
GOLDSWORTHY, A.: La caída del Imperio Romano. El ocaso de Occidente, La esfera de los libros, 2009.
PIERROTTI, N.: "El paso de la Antigüedad a la Edad Media
¿Ruptura o continuidad? Un análisis historiográfico". En Clio (34, 2008).