En las siguientes líneas pergeño un sucinto examen comparado de dos obras que guardan analogías interesantes y muy dignas de mención. En primer lugar, anotamos que ambos trabajos literarios son parte de la producción de dos de los más grandes escritores hispanoamericanos del siglo XX: José Luis Borges y Juan Rulfo. Nos parece fructífero advertir cómo sendos textos son elaborados en fechas cercanas, así también asemeja conveniente señalar su proximidad geográfica regional, Argentina y México respectivamente. No obstante, hemos de decir que estos dos autores pertenecen a dos generaciones diferentes, ya que Borges tenía unos veinte años más que el literato mexicano. En lo concerniente a los relatos, localizamos paralelismos en cuanto a su temática, reducida extensión, contexto cultural, ambigüedad, complejidad, etc. Sin embargo, resultan claras notorias disimilitudes, tanto de técnica narrativa (ej. la fragmentación en Pedro Páramo o la linealidad temporal en “El Sur”), como de otros elementos argumentales o estilísticos. La justificación de estas páginas está fundamentada porque análisis contrastivos entre escritos de estos autores se han hecho con precedencia (Olea, 2018), a lo que se suma la conocida relación que estos dos hombres guardaban (ej. el prólogo de Pedro Páramo firmado por Borges). A continuación, explicitamos las similitudes más significativas para ulteriormente enfatizar aquellas diferencias que más sobresalen. Finalmente, dejaremos constancia de las impresiones generales a las que hemos llegado a través de esta aproximación comparativa.
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José Luis Borges (1899-1986) |
Debemos indicar que en sendas obras se produce un viaje, son historias de una especie de búsqueda de identidad personal del protagonista, la cual termina trascendiendo a un tipo de reflexión sobre la identidad colectiva (de México y Argentina, según el caso). Los paisajes tradicionales y rurales de estas dos naciones son retratados, en el caso argentino dándose una contraposición entre mundo urbano y aquel menos civilizado o agreste. En el relato de Borges, los orígenes familiares del protagonista consiguen una influencia significativa, mientras que en Pedro Páramo, esa indagación es el motor primero con el que arranca la novela, dado que Juan Preciado da inicio a su búsqueda con el fin de exigir cuentas al padre que no conoce. Ambos periplos atesoran algo de onírico en donde el inconsciente reclama también un papel, con la presencia de cierta atmósfera de ambigüedad, la cual propicia multitud de interrogantes en los personajes y en el lector. Así, en “El Sur” constatamos este pensamiento: "Mañana me despertaré en la estancia, pensaba, y era como si a un tiempo fuera dos hombres: el que avanzaba por el día otoñal y por la geografía de la patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto a metódicas servidumbres” (Borges, 1953). Por su lado, Juan Preciado da los primeros pasos hacia Comala porque confiesa “comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones” (Rulfo, 2000: 103) y mientras está en la senda hacia el pueblo tenía “los ojos reventados por el sopor del sueño, en la canícula de agosto” (Rulfo, 2000: 104). Asimismo, se produce una cierta confusión entre la fantasía o lo sobrenatural, con la realidad. En el caso del cuento de Borges existe una ambigüedad que permea toda la narración, se desconoce la situación real del protagonista, no sabemos si lo que describe sucede en la realidad o es simplemente fruto de un delirio producido por la enfermedad. Paralelamente, en Pedro Páramo asistimos a un desfile de muertos, muchos de los personajes han fallecido y son unas almas en pena que deambulan por el pueblo mientras explican los abigarrados sucesos que han jalonado sus vidas. Otro elemento a enfatizar es el destino trágico o el deceso del personaje que se enfrenta a una realidad fantástica. Y es que parece que tanto Dahlmann como Juan Preciado mueren durante el desarrollo de la trama, siendo una clausura consecuente con un destino trágico previamente determinado. Existe una visión pesimista de la vida y de la realidad que les rodea, la carencia de sentido resulta una idea motriz en sendas obras. De este modo, la situación en la que se encuentra Dahlmann se explica por un cotidiano accidente fortuito, develando una existencia absurda que ha sido trastocada por completo. Una participación más activa del lector en cuanto al orden de lectura es factible en ambos textos. El carácter fragmentario se muestra evidente en Pedro Páramo, pero también en “El Sur” somos capaces de detectar el empleo de la parataxis, lo que posibilita encontrar explicaciones divergentes a la narración principal (González, 1994: 151). El propio Borges comentaba que “El Sur” “es posible leerlo como directa narración de hechos novelescos y también de otro modo (Mesa, 1996: 152). La violencia es otro de los componentes reiterativos en las narraciones examinadas. Algunos expertos han visto en “El Sur” una denuncia a la violencia americana que sufre Argentina (Saona, 2002: 142), algo parecido puede valorarse con respecto a Pedro Páramo, una obra que orbita en torno a la violencia pergeñada por un personaje sanguinario y sin escrúpulos. Asimismo, esa violencia toma su faceta más cruda en el mundo rural, aquel que todavía no está civilizado por completo y cuyos paisajes son descritos en los dos escritos.
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Juan Rulfo (1917-1986) |
Con lo que respecta a las disimilitudes, también sentimos apropiado esbozar algunas divergencias principales entre estos dos trabajos literarios. En primer lugar, “El Sur” exhibe una linealidad temporal que está ausente en Pedro Páramo. Una cuestión que siempre se ha subrayado en la obra de Rulfo es su carácter fragmentario y la circularidad temporal en cuanto a la narración de la acción. Desde otra perspectiva, el protagonista de “El Sur” posee un rol protagónico mayor, mientras que en Pedro Páramo, Juan Preciado pierde importancia en relación con su padre. En la obra mexicana, somos testigos de un adelanto del realismo mágico, mientras que el escrito de Borges delata una mayor preocupación filosófica y un esfuerzo metaliterario. En este segundo sentido, somos capaces de comprobar con celeridad ciertos ecos de otras obras de corte gauchesco como Don Segundo Sombra, especialmente en el suceso del duelo (Bordelois, 1981: 26). En este enfrentamiento, el norte más civilizado que viene representado por el bibliotecario Dahlmann camina hacia una muerte segura en un choque con un representante del sur indómito. Hay que añadir que la búsqueda de la identidad personal no se circunscribe en este caso al protagonista de la historia, ya que puede alegarse las coincidencias vitales entre este y el propio Borges, siendo una especie de exploración identitaria de marcado carácter personal (Báez, 2022: 1).
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El autor de este blog |
En conclusión, pensamos que las analogías entre este par de obras literarias son dignas a tener en cuenta o consideradas con algo de detenimiento, puesto que además se trata de dos textos limítrofes tanto desde una perspectiva espacial como temporal. Me parece que nos emplazamos frente a dos narraciones sugestivas, ya que aunque se parte de una exploración sobre la propia identidad individual, el camino nos lleva a la meditación sobre la identidad colectiva de dos de las principales naciones hispanoamericanas. En otro orden de cosas, estamos en una excelente atalaya para vislumbrar la atmósfera de ambigüedad e incertidumbre de sendas piezas literarias, pero confeccionadas por medio de un estilo y lenguaje muy diferentes. Ambas narraciones obligan al lector a pensar, a leer con atención si desea descifrar el sentido completo de los textos. Resulta sorpresivo que unos relatos tan condensados o sintéticos provoquen una ponderación profunda en todos aquellos que toman una pausa para su lectura. Pienso que aunque estos dos autores no pertenecían a la misma generación, exhiben aspectos en común que merecen ser reseñados, como lo es el tema de la muerte en sus escritos o su prurito de innovación literaria. Una muerte que curiosamente les encontró en el mismo año, elevando 1986 como una efeméride digna de recordar para todos los amantes de la literatura hispanoamericana.

Bibliografía
Báez Berríos, A. (2022). “El Sur” de Borges: El desdoblamiento como exploración de la identidad. INTI: Revista de Literatura Hispánica, 95(1), Artículo 39. Brown University.
Bordelois, I. (1999). El Sur: la reescritura de Don Segundo Sombra por Borges. CiberLetras: Revista de crítica literaria y de cultura, (1).
Borges, J. L. (1953). El sur. Ciudad Seva. Recuperado el 27 de abril de 2025, de https://ciudadseva.com/texto/el-sur/
González, J. E. (1994). Entre alegoría y realismo: El problema del estilo en Borges. Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, 20(39), 141–156. Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar" (CELACP).
Mesa Gancedo, D. (1996). Borges / Saura: "El Sur". Variaciones Borges: Revista del Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges, (2), 152–176.
Olea Franco, R. (2018). Borges y Rulfo: Otro diálogo posible. Nueva Revista de Filología Hispánica, 66(1), 153–181. El Colegio de México, A.C.
Rulfo, J. (2000). Pedro Páramo (J. C. González Boixo, Ed.). Madrid: Cátedra.
- Saona, M. (2002). Borges, "El Sur" y la nación imaginada. INTI: Revista de Literatura Hispánica, (55/56), 139–148.